Empecemos por el principio: ¿Qué significa STEM?
STEM es el acrónimo en inglés de Science, Technology, Engineering and Mathematics (en español: Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Estas disciplinas son consideradas fundamentales para las sociedades tecnológicamente avanzadas como la nuestra.
En los últimos años, el término se ha ampliado a STEAM, entendiendo que las Artes (de ahí la A) contribuyen a potenciar la creatividad y la innovación, apoyando así a las otras cuatro disciplinas.
STEM: presente y futuro de nuestra sociedad
Tan sólo hay que echar un vistazo a nuestro alrededor para darse cuenta que estamos rodeados de STEM. Son las áreas en las que se basa el desarrollo de las innovaciones que sustentan nuestra vida hoy en día. Tanto para el trabajo como para el ocio, usamos a diario productos y servicios generados a partir del conocimiento en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas: smartphones, medios de transporte, instrumental médico... Productos y servicios que evolucionan gracias a la I+D+i (Investigación, Desarrollo e Innovación) y que son un claro indicativo de la capacidad de un país para crecer y producir.
Por ello, las profesiones relacionadas con las áreas STEM son ya de vital importancia, y lo serán aún más en las próximas décadas. En un futuro cercano (se podría decir que un futuro que ya es presente), el perfil de los profesionales más demandados y mejor pagados será el de aquellos que estén directamente vinculados con la innovación, la creatividad, el pensamiento crítico, la colaboración, la resolución de problemas y la aplicación del conocimiento a la vida real.
En una sociedad globalizada, dependiente de la tecnología y basada en el conocimiento, la educación STEM aporta mayor competitividad y productividad, siendo clave para el crecimiento y el desarrollo económico.
Aprender y aplicar
Las disciplinas STEM tienen un claro enfoque aplicado. Por ello, lo más importante cuando hablamos de STEM, es que no se trata sólo de conocimiento: la clave está en cómo se aprende y cómo se aplica ese conocimiento a la vida real. Así, hablamos también de actitudes y habilidades STEM.
La educación STEM es un proceso participativo en el que los estudiantes aprenden y desarrollan capacidades que pueden aplicar en la vida diaria: pensamiento crítico, trabajo en equipo, comunicación, capacidad de razonamiento y análisis, concentración, creatividad e innovación, generación de ideas, resolución de problemas… Todo ello influirá positivamente en su desarrollo personal y social de pequeños, y en su vida profesional de adultos.
¿Cómo potenciarlo?
Los niños son curiosos por naturaleza. Este es un primer paso que ya han dado ellos: desde pequeños han plantado la semilla de su vocación científica. Ahora, como si de un árbol se tratara, debemos regarlo y recoger sus frutos.
En casa, potenciemos que sigan observando, que pregunten y que lleguen a sus propias conclusiones.
En el aula, la manera en que enseñemos influirá de forma directa en su vocación. El modelo tiende a cambiar. La educación STEM es participativa y hace del aprendizaje una experiencia gratificante. Esta nueva metodología didáctica pone la Ciencia al alcance de todos los niños, y fomenta su interés por el ámbito científico mediante actividades prácticas que les permiten conectar con su entorno e interpretar y entender aquello que les rodea.
Los programas de talleres STEM, con su metodología dinámica y participativa, aumentan la motivación y vocación de los niños por la Ciencia y la Tecnología, desarrollando en ellos capacidades y actitudes que serán fundamentales a lo largo de su vida profesional y personal.
Sobre el autor:
David Delgado es Licenciado en Ciencias Biológicas, Diseñador y Divulgador Científico. Es co-fundador de AluCIENCIAnante.
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